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[Cronista] Moisés y Enriquez Ominami destacaron la urgencia de consolidar la integración regional

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La diputada nacional Carolina Moisés coincidió con el ex candidato a presidente de Chile y titular del Partido Progresista, Marco Enriquez Ominami, en la necesidad de consolidar la integración latinoamericana y en el rol clave que tiene el presidente Alberto Fernández en el Grupo de Puebla, puntos en común que expresaron ambos en el cierre de un curso de conducción política dirigido a jóvenes militantes.

«Se hace necesario avanzar en una mayor integración no solamente porque es un valor de progresismo sino por pragmatismo. La coordinación económica hoy es una necesidad de las economías; la coordinación sanitaria es una emergencia en pandemia; nuestras fronteras, más de 3000 kilómetros compartidos, se tienen que reactivar, y tenemos que crecer juntos», planteó Ominami.

Moisés dijo estar «convencida de esa definición de nuestra Sudamérica y de los grandes inconvenientes para la integración que hemos tenido en los últimos 30 años», al disertar en un encuentro de formación político-sindical, convocado por el Instituto Chuquisaca, junto a Enríquez Ominami, Coordinador Ejecutivo del Grupo de Puebla. El ciclo fue el cuarto y último encuentro de este curso anual, que el Instituto Chuquisaca comparte con el Instituto de Formación y Actualización Política (IFAP), el Partido Justicialista y la Juventud Sindical, dirigido a jóvenes militantes universitarios y del campo político y sindical.

La diputada nacional por el Frente de Todos-Jujuy apostó por «la creatividad de mirar a América Latina desde otro lugar» y rememoró el dolor por la salida forzada de Evo Morales del gobierno en Bolivia, además de subrayar «la aberración del gobierno de (Mauricio) Macri, avalando el golpe de Estado y que hayan cerrado nuestra frontera y lo más grave: que hayan cerrado nuestra embajada, no permitiendo el asilo en esas horas terribles, en las que golpearon y asesinaron a tantos compañeros, y que la Argentina, con un embajador jujeño, haya cerrado sus puertas no dándole asilo a los funcionarios bolivianos que estaban siendo acosados por el golpe de Estado».

Moisés apeló además a su experiencia particular como Secretaria de Estado de Integración Regional y Relaciones Internacionales de su provincia, creada en 2014, para dar un ejemplo puntual de «cómo una provincia como Jujuy, que comparte limites con Chile y con Bolivia, pero que además es el centro del Corredor Bioceánico del Trópico de Capricornio por el cual pasa gran parte del transporte internacional, no había tenido hasta ese momento un área para esa tarea clave de integración».

Ejemplificó con la intrincada logística de distribución que imperaba por entonces «para que los jujeños, que somos junto a los tucumanos uno de los mayores productores de cítricos del mundo, le llevemos nuestros productos al norte chileno: iban de Jujuy a Santa Fe, de esa provincia a Mendoza, de esa provincia a Santiago de Chile y de la capital, la cadena de distribución volvía a subir hacia Antofagasta».

«No resiste ni el menor análisis ni político ni económico. Es un fracaso de la diplomacia y de la integración. Para esto, desde la Secretaría de Estado definimos matrices productivas y comerciales entre ambas regiones, y logramos que el Ingenio Ledesma saque los limones y saque el azúcar, a 800 kilómetros de Antofagasta, por el Paso de Jama», indicó la legisladora. Luego, señaló que «era un desafío enorme integrar nuestra matriz económica social y productiva y, en muchos aspectos, lo sigue siendo».

Moisés se preguntó: «Si no generamos volumen ni escala para qué nos sirve tener esta logística que hizo el Norte chileno, si todavía toda Latinoamérica está saliendo con su producción por el Atlántico?», a lo que agregó que «cada vez que miro desde Jujuy para arriba y veo a Bolivia, veo que tengo un enorme mercado para que los productos jujeños, en vez de que se vayan sus productos para abajo, para la Capital y el conurbano, vayan a Bolivia, rompiendo el centralismo histórico en lo comercial».

«Es como que nos acostumbramos. Estados Unidos mira para abajo y todos miramos igual. Hay mucha integración por mejorar, mucho por hacer aún», finalizó.

Por su parte, Ominami describió lo que considera el fracaso de la integración latinoamericana y se enfocó en cuáles son los desafíos del progresismo en América Latina y la mirada del mundo, desde el Grupo de Puebla, al que definió «como un grupo de humanos con cicatrices, formado por representantes, de más de diez países fundamentales para el bienestar de esta parte del mundo», entre los cuales destacó al Presidente Fernández como «gran protagonista» y «de lo mejor que tiene América Latina hoy día».

Sostuvo que el Grupo, del cual es coordinador ejecutivo, «entiende y atiende la necesidad de construir debates en este continente» y que «el gran mérito además de reflexionar es de actuar», para lo cual puso de ejemplo el sostén y acompañamiento brindado por el Grupo junto con Argentina en los momentos críticos de Evo Morales en Bolivia y en su regreso triunfal, hecho del cual también participó Moisés junto al Jefe del Estado argentino.

Para Ominami, «en el mundo, antes de la pandemia, había logrado establecerse, con mucha fuerza, cómo el mercado era incapaz de producir competencia, era el peor depredador del mercado y producía males como la corrupción, impedía la competencia y en la capital del capitalismo, Estados Unidos, fue duramente descubierto en sus peores acciones».

Siguiendo con su diagnóstico de lo ocurrido, el dirigente chileno señaló además que «el mundo había aumentado en el sistema de concentración de la riqueza y América Latina había tenido los mejores gobiernos de la década progresista, entre 2003 y 2013, que en términos promedio, habían tenido los mejores resultados de su historia en lo institucional, la resolución de deuda como lograron los Kirchner, la reducción de la desigualdad, de la pobreza, la integración, y la coordinación sanitaria además de la paz democrática».

Ominami indicó que «eso se cae porque la derecha regresa democráticamente y cae buena parte de lo que se había logrado mejorar o estabilizar». Y agregó que, tras la aparición de la pandemia, «América Latina recibe su peor golpe, generando que seamos la región más afectada del mundo, lo que nos sumió en ser el continente del retraso, del rezago y que ya no es referencia ni en materia económica, social ni política».

«Chile se está dando cuenta ahora que debe retomar la integración latinoamericana y que hoy necesita de la Argentina para el comercio bilateral. La salida económica de Chile es el comercio intra regional; no solamente venderle a China que es el primer socio y al que le vendemos un solo producto: cobre».

«Para temas sanitarios necesitamos a América del Sur. No hemos logrado comprar juntos las vacunas. Junto a Argentina y Brasil entramos al leprosario del mundo: tenemos prohibición de ingreso en muchos países. Por eso es necesario que lo que hicieron Néstor Kirchner primero, y Cristina Kirchner luego, tenemos que hacerlo otra vez por la integración pero con las coordenadas del día para frenar a este virus y favorecer la coordinación sanitaria y económica no porque es lindo y suena bien sino porque es necesario».

«Han destruido la Unasur, han creado el Prosur y el Grupo de Lima que está hecho para invadir a Venezuela y a ninguno de estos dos grupos le importa la democracia, nada dijeron de lo que pasó en Bolivia», completó.

 Fuente: Cronista