La actual exigencia de Salas Cuna a empresas con más de 20 trabajadoras se transforma en la práctica en una forma de discriminación y plantea a través de un proyecto de ley hacer extensivo el beneficio tanto a hombres como a mujeres, el cual debe ser financiado con cargo a las empresas.
Cuestioné la actual forma de operar de la Ley de Salas Cuna: “La ley actual obliga a las empresas a ofrecer salas cuna solo si tienen 20 o más trabajadoras, pero menos de un 10% de las empresas cumple con este requisito y el tope de 20 empleadas se transforma en un desincentivo para la contratación de mujeres.Por ello es necesario ampliar en la ley la definición de beneficiario y hacer obligatorio el ofrecimiento de esta prestación a cualquier empresa que tenga 20 o más trabajadores sin distingo de sexo, de este modo los padres también podrán apoyar a las madres con este importante beneficio”.
En 2008 el tema fue abordado por la Encuesta Laboral (ENCLA 2008) y los resultados fueron decepcionantes. No sólo se demostró que apenas un 8.4% de las empresas cumplía el requisito de tener 20 o más trabajadoras, sino que además se demostró que de esas pocas sólo un 64% cumplía efectivamente con el beneficio mientras el 36% no lo hacía arguyendo que las trabajadoras no demandaban el beneficio o buscaban una solución por sí mismas, que lo negociaban entre las partes o que no se hacía por problemas presupuestarios.
“Con más audacia y solidaridad este problema tiene solución” declara Marco, “hay un informe de la OCDE que recomienda vigorosamente un mayor esfuerzo en políticas que apoyen el cuidado de los hijos, ya que las considera fundamentales para la tasa de participación femenina y derrotar la pobreza” y luego agregó “ya es tiempo de terminar con estos resabios de machismo en nuestra legislación y promover efectivamente la corresponsabilidad de padre y madre en el cuidado de sus hijos, por lo que creemos que este proyecto de ley que hemos elaborado es una muy buena propuesta en ese sentido” finalizó.